Fernando III de Castilla y León, llamado el Santo, rey de Castilla (1217 -1252) y León (1230 - 1252). Durante su reinado se unificaron definitivamente las reinos de Castilla y León, que habían permanecido divididas desde la época de Alfonso VII el Emperador. Este nació en el 5 de agosto de 1999 y murió el 3o de mayo de 1252 en Sevilla, su entierro fue en la catedral de Sevilla.
Trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero juzgo e impuso el castellano como idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, la Iglesia y los nobles, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios.
En el ámbito cultural y religioso, mandó levantar las catedrales de Burgos y León. Se esmeró por que en su Corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario (su hijo el rey Alfonso el Sabio será un gran literato y declarará que su saber se lo debe en gran parte al interés que su padre tenía por que su instrucción fuera la mejor posible).
Antes de contraer su primer matrimonio, pasó una noche entera rezando, pidiendo a Dios que bendijera su nuevo hogar. En sus cartas se declaraba: «Caballero de Jesucristo, Siervo de la Virgen Santísima y Alférez del Apóstol Santiago» (sus guerreros decían que en algunas batallas que dirigía el rey Fernando les parecía sentir por los aires al Apóstol Santiago protegiéndolos).
El Papa Gregorio Nono lo llamó «Atleta de Cristo», y el Pontífice Inocencio IV le dio el título de «Campeón invicto de Jesucristo».
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